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Mi primer beso



En primero básico conocí a L. “L” era un niño bajito, de hecho era el más bajo del curso, era simpático, a todos les gustaba jugar con él porque siempre inventaba juegos divertidos. A mí obviamente me gustaba. Me terminé de enamorar de él en segundo básico, un día que nos cambiaron de puestos en la sala y me tocó sentarme con él al final. Todo el curso sabía que nos gustábamos, hasta la profesora. Caminé hacia el final de la sala, él ya estaba sentado, me senté y ¡paf! Al suelo!!, las patas de la silla se habían roto, todos se reían, menos él que me ayudó a parar y me preguntaba cómo estaba a cada rato. Después de eso, se dedicaba en clases a hacerme trenzas en mi pelo largo ¿cómo no me iba a gustar? Como siempre, nos quedábamos después de clases a jugar en el colegio, él, yo y otros compañeros de curso. Y pasó lo que tenía que pasar, nos dejaron solos y se fueron… él se acercó a mi, me abrazó y ahí fue: mi primer beso.  
Debo admitir que no fue un beso maravilloso porque yo no sabía besar ni nada por el estilo, pero fue con la persona que me gustaba y fui feliz. Un fin de semana llegó a mi casa, en bicicleta (nunca supe cómo se enteró  donde  vivía). Me dijo que quería saber dónde vivía Emilio, otro compañero de curso. Le dije que estaba almorzando y él insistió, me dijo que era importante. Pedí permiso y salimos, ambos en bicicleta. Había que darse una vuelta grande para llegar, por mientras conversábamos de todo y de nada. Le indiqué la casa e hice el ademán de irme, él me dijo que en realidad quería estar conmigo y que había inventado lo de Emilio para que yo saliera. Me dijo: ven! Nuestro compañero vivía cerca de un estero que está bajando una pequeña loma. “L” dejó la bicicleta arriba y bajó, no había mucha gente cerca, cuando estuvo abajo extendió su mano y me miró: ¡ven! Yo tenía miedo, no sé de qué, nadie nos vería. Dejé la bicicleta y bajé, cuando estuve abajo con él, se acercó y me abrazó, fue un segundo o dos: me tengo que ir, le dije y subí.
 Luego de eso todo siguió igual, él seguía amoroso y yo no sabía cómo comportarme, hasta que un día me llegó el rumor de que él y otra compañera de curso se habían besado (ella era como mi amiga) y él se suponía que me quería a mi “algo”, me dolió, lloré, me dolía el alma. Recuerdo que en mi casa me escondía para poder ponerme a llorar. Nunca más le hablé a él y a ella sólo le volví a hablar años después.  Al año siguiente, esperaba encontrarme con “L”, quizás no era tan terrible y quizás podíamos ser amigos y seguir jugando, fue ahí cuando me enteré que a “L” lo habían cambiado de colegio y que no lo volvería a ver.
De vez en cuando lo veía en la calle, siempre de lejos. Cada vez que lo veía, me sentía mal, lloraba y sufría por días. “L” no sólo fue mi primer beso, también fue mi primer amor.

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